Por Sofía Stupiello

En 1921 un suceso paranormal llevó a nuestra ciudad a los medios nacionales: el espíritu de un irlandés atormentaba a la gente de una estancia en Heavy. Las versiones de la época señalaban que se trataba del espíritu de un jornalero que trabajaba en nuestros pagos y que murió ahogado, borracho en una zanja con agua.

El rumor de las apariciones del irlandés se esparció por toda la región. Las autoridades policiales y luego hasta las eclesiásticas debieron intervenir para tranquilizar a los vecinos. Pero el irlandés no daba tregua, no respetaba nada. Corresponsales del diario La Nación y La Razón se acercaron hasta San Andrés de Giles para cubrir este suceso inexplicable que inquietó a todo Heavy pero de forma más directa al dueño de la estancia: Santiago Mealey.

No obstante, Joaquín Trincado, espiritista español radicado en Buenos Aires tenía una explicación para estos hechos. La redacción de Infociudad consultó su libro “El Espiritismo Estudiado”, en el cual el autor refuerza su posicionamiento espiritista utilizando al espíritu del irlandés como prueba irrefutable de la existencia del espíritu.

En su libro, Trincado reúne notas periodísticas publicadas en medios nacionales y testimonios de vecinos de la zona que le cuentan lo sucedido. En 1921 mantiene un diálogo a través de cartas con Humberto Terrery, vecino de San Andrés de Giles que le confirma algunos datos. Entre otras cosas, le cuenta que la familia “siente que uno le habla, lo insulta e insiste a que desaloje el campo; que el espíritu se apodera de los chicos y ellos se ponen rabiosos; la señora también dice que siente hablar”.

A través de la información que recolecta en los diarios de la época y los testimonios, Trincado reconstruye a su manera la historia del irlandés y aporta algunos datos concretos:

“El súbdito irlandés se llamaba Pedro Rositer y su cadáver fue encontrado en una zanja llena de agua, en un campo situado a poca distancia de la citada estación del ferrocarril 231 Central de Buenos Aires. El campo corresponde a la jurisdicción de San Andrés de Giles, y el hecho, que ocurrió por la noche y que se atribuyó a un accidente, se produjo hace cosa de tres meses.”

Sobre la familia atormentada cuenta que la estancia de la familia Mealey “se halla cerca de la zanja en que pereció ahogado Rositer, de modo que todos los ocupantes y personas del campo dicen que han comprobado el fenómeno”. Además detalla en su libro que los vecinos y la familia “aseguran que el espíritu de Rositer no los deja vivir en paz ni dedicarse a sus tareas. Dicen que se les aparece, les habla y los maltrata duramente, llegando a aplicarles golpes de mano en el rostro y el cuerpo”.

También asegura que curas de Giles, de San Miguel y de Capitán Sarmiento han ido a la estancia para solucionarlo pero los tormentos siguen: “muchas cosas se ocultan y los curas han prohibido que entre gente. El otro día llegó el corresponsal de «La Nación» y no lo dejaron entrar. Tres corresponsales de «La Razón» tampoco entraron”, asegura Humberto Terrery en una de sus cartas al escritor español.

En su libro, Trincado menciona a Víctor Carolán, autoridad eclesiástica del Retiro de San Pablo, situado en Capitán Sarmiento que llegó a nuestra ciudad para espantar al fantasma y librar a la familia Mealey de tantos padecimientos:

“El padre Carolán se dispuso a llamar al orden al revoltoso espíritu de Rositer, armándose de todos los recursos divinos. En efecto, en el mismo lugar de las apariciones, ofició una misa y administró la comunión a varios niños, realizando la ceremonia como un exorcismo para conjurar el demonio. Concurrieron al acto numerosas familias, pero contra lo que se esperaba, el fenómeno se produjo en presencia del padre Carolán y de todos. El crucifijo del altar se vino al suelo, las velas se apagaron solas y el edificio se entremetió como si lo sacudieran todas las furias del infierno”.

El autor asegura que este hecho también fue relatado por el Diario La Razón:

“El fraile quiere echar mano de su arma mágica más poderosa y celebra una misa, y aquí, el espíritu no solo se burla de esa pantomima sino que tironea al fraile, le derriba velas y cristos y no puede demostrar su poder: pero el espíritu, sí puede seguir sus fenómenos. Ha tomado parte la policía revólver en mano y… los guardias se vieron desarmados. Esto lo ha referido el periódico «La Razón» en los días 27, 28 y 29 de octubre”.

En el libro figura la cita textual de la nota de La Razón con información brindada por las autoridades policiales que intervinieron en el caso, como el comisario de San Andrés de Giles y un policía de Carmen de Areco:

“A la confirmación de estos hechos que nos hizo la comisaría de Carmen de Areco, debemos agregar lo que nos comunicó telefónicamente el comisario de San Andrés de Giles. En todas las dependencias de la estancia se sienten ruidos extraños, silbidos y 235 voces, dándose el caso de que los miembros de la familia hayan tenido que abandonar la casa, bajo la acción del miedo.”

La historia de Rositer es citada por el autor como una forma de explicar la existencia del espíritu y en este caso, analiza el escritor, se trataba de uno que quedó borracho porque el hombre murió en esas condiciones, y su cuerpo le trasmitió a su espíritu su embriagado estado.

Joaquin Trincado nació en Navarra, España. Allá fue albañil y electricista autodidacta. A sus 37 años llegó en un barco carguero a Buenos Aires donde se casó por segunda vez. Escribió más de 40 libros y fue un estudioso de las artes, la ciencia y la filosofía. Fundó en Santiago del Estero Colonia Jaime, una comunidad que practica sus principios desde 1932 a la actualidad.

 

Articulo publicado en Infociudadsag.